Zombra vs Sarah Andersen vs patrocinios
En la primera semana de febrero Sarah Andersen realiza una pintura en la colonia Roma, esto fue posible porque distintas marcas la patrocinaron. Días después las redes sociales explotan denunciando un atroz hecho (acontecimiento que para los que estamos en la escena de intervenir las calles sabemos que de un momento a otro desaparecerá), lo que sucedió es lo que conocemos en la escena como pisar a la banda y quién fue el encargado de pisar la pintura, el grafitero ZOMBRA, que aplicó tres bombas de su clásicos ZO. Tal suceso generó reacciones intolerantes y de indignación, como lo mencioné antes, esto es algo que pasa y que no toma mayor relevancia, por ello me llamó mucho la atención y me hizo preguntar, por qué una obra patrocinada hecha por alguien del extranjero causó indignación y las cientos de obras hechas por reconocidos artistas mexicanos que son pisadas no, qué tuvo esa pieza que las demás no para que la salieran a proteger.
Primeramente, mostraré a los involucrados, la reconocida historietista e ilustradora Sarah Andersen proveniente de los Estados Unidos, cuya obra temáticamente aborda cosas de la vida, relaciones de pareja, amistades y demás. Estéticamente su estilo es caricaturesco, con pocos elementos, colores básicos, (blanco y negro en su mayoría) y su composición es minimalista. Por el otro lado el reconocido grafitero Zombra, mexicano, cuyo trabajo es reconocido en el extranjero, la temática de su obra es la transgresión del espacio público, la oposición a la autoridad y la desobediencia civil, por medio del graffiti; estéticamente su estilo es la bomba, el tag, con uno o dos colores, líneas marcadas y sucias. Ambos con reconocimiento internacional, pero uno fue satanizado en las redes sociales.
Los especialistas en arte de las redes sociales, argumentan que lo que hizo Zombra fue una tontería, envidia, cosa de retrasados, inmaduro y demás en cuanto a su acción, acompañado de un supuesto juicio estético, señalando la bomba como rayones, porquería, cosas sin sentido y aquí yo me pregunto ¿En verdad estos críticos tomaron las clases de categorías estéticas? ¿la de arte contemporáneo o tan siquiera una clase de qué es el dadaísmo? Para no caer en discusiones infinitas sin argumento, con los que dicen que los rayones no pueden ser arte los invito a conocer el trabajo de Jean-Michel Basquia, keith Haring, Kandinsky y James Pollock, por mencionar algunos. Ya que no me interesa profundizar en este tema.
Que empresas hayan patrocinado a Sarah Andersen es lo que me inquieta, puesto que no es parte de la escena del Street Art y aquí en México hay muchos que tienen trayectoria y no son patrocinados, peor aún sus obras no han sido defendidas, por ello mi inquietud, pues lo que nos dedicamos a esto conocemos las consecuencias de intervenir la calle y las inclemencias de hacerlo, porque difícilmente te prestan un espacio y en extremo difícil que te patrocinen.
Aquí en México existen excelentes muralistas que tienen una técnica maestra y excelente ojo para la composición, desafortunadamente no se les apoya llegando al extremo de regalar el trabajo, a cambio de un espacio; esto porque todavía hay prejuicios sobre esta disciplina-profesión, a la cual no se toma su valor social y artístico, se considera que es para inmaduros (y créanme mis colegas y yo hemos recibido este insulto con diversos sinónimos y de formas muy agresivas). Entre la sociedad está el prejuicio por ello no aceptaron la pieza de Zombra, y en cuanto a la pintura de Sarah Andersen, como sí está catalogada como bonita, la defendieron. Sólo espero que sigan defendiendo las obras de los artistas mexicanos y no haya sido está la única (por la mercadotecnia de las empresas y redes sociales).
HidroArte y Street Art MUJAM, a mi parecer son los dos en creer en nosotros, puesto que son espacios abiertos, se reconoce el trabajo de la artista y se le otorgan los materiales, no fueron los primeros, pero son los que han evidenciado el potencial de los artistas mexicanos y de su impacto en la sociedad. Actualmente las alcaldías le han dado el visto a las pintas, otorgando materiales, espacios y voluntarios-becarios para que el barrio se vea más bonito y aquí radica el problema, muchos de los que hacemos las pintas en las calles los materiales, el tiempo y la creatividad va por nuestra cuenta, no recibimos apoyos por instituciones o marcas y es aquí el problema, hacemos un trabajo qué regalamos a la sociedad, el cual no es remunerado y por lo cual se abusa, por la dificultad de hacer piezas legales, donde nos dan chance no exigimos un pago, permitiendo que el Street Art sea algo que se haga de a gratis, porque ya no es mucho que te den el lugar y no toman en cuenta el trabajo detrás de cada obra, por ello mi inquietud pues son pocos a los que se les brinda un patrocinio o ayuda económica en este movimiento, por eso este escrito y expongo mi inquietud.
Paz y larga vida. ElRa
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