El
jaguar, considerado un animal sagrado; es feroz y vaga tranquilamente en la
selva, a él se le conoce como Balam
en lengua Maya, Ocelot en lengua náhuatl.
Es venerado en estas culturas, es parte de una cosmovisión ancestral y lo
representan con diversas expresiones artísticas, Balamkú es un ejemplo.
Balamkú
quiere decir templo del jaguar, y la zona arqueológica está dividida en tres
zonas: la central, norte y sur. En la
zona arqueológica norte se encuentra
el friso representativo, que fue hecho con estuco modelado y en él se
representan figuras de jaguar también de serpientes y la iconografía del friso
permite observar la cosmovisión de los que habitaron y construyeron la ciudad
de Balamkú.
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