El dialogo, o diálogos que comúnmente escuchamos o
vivimos, aquí llevado de la práctica a la escritura, el primero es un ejemplo
de Javier Perucho, para saber más de él o conocer su trabajo aquí está el link
de su blog: Cuatario. El segundo dialogo
es de tu servidor Elra, un suceso que estoy seguro te ha pasado.
Dámelo hoy.
¾
Ándale di que
sí.
¾
Mañana.
¾
¿Hasta mañana?
¾
No lo quieres
saber ahora, ¿Verdad?
¾
Sí, ahora lo
quiero.
¾
¿Y qué vas a
hacer si te lo digo?
¾
Llevarte a lo
más oscuro.
¾
¿A lo oscurito?
¾
Sí, a lo
oscurito.
¾
¿Por qué ahí?
¾
Ni modo que te
ame por la calle.
¾
Está bien. Te
doy el sí.
Javier Perucho.
Dialogo
platónico.
¾
¡Hola!
¾
¡Hola!
¾
¿Cómo estás?
¾
Bien.
¾
¿Qué haces?
¾
Nada.
¾
Pues bien, vamos
a hacer algo hoy.
¾
No sé.
¾
Hey te noto
disgustada, ¿Pasa algo?
¾
No, nada.
¾
Entonces vamos a
disfrutar de la ciudad.
¾
No aquí está
bien.
¾
Este… esperas a
alguien.
¾
No.
¾
…
¾
…
¾
¿Estás enojada?
¾
No
¾
… entonces ¿Por
qué tan seria?
¾
No, por nada.
¾
…
¾
…
¾
Bueno y ¿Qué cuentas
o qué te ha pasado?
¾
Nada.
¾
Este… pues
bueno… creo que ya me retiro, este, ya me voy a mi casa.
¾
No, no te vayas.
¾
…
Elra.
>_<
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